Autor: Laura Camprubí | Fecha: 05/2024
En los últimos años ha habido un aumento significativo de la actividad normativa en materia de sostenibilidad, liderada sobre todo por la Comisión Europea. El 2024 será un año clave debido a la entrada en vigor de varias normativas que influirán principalmente en grandes empresas y entidades financieras, con repercusiones en toda la cadena de valor. Estos cambios normativos tienen como objetivo fomentar una mejora tangible en las condiciones ambientales y la protección de los consumidores a corto y medio plazo.
Actualmente, la sostenibilidad es un elemento crucial en el mundo empresarial, no solo para cumplir con la legislación vigente sobre aspectos ambientales, sociales y de gobernanza, sino también como estrategia clave para incrementar la competitividad y atraer inversión. La conciencia creciente sobre los límites de los recursos naturales y los impactos ambientales negativos exige una revisión de los modelos de negocio. Este contexto requiere un liderazgo comprometido que equilibre los beneficios económicos y el impacto social y ambiental, actuando como catalizador del cambio hacia prácticas empresariales sostenibles que estén alineadas con los valores de la organización.
Recientemente, se han implementado nuevas disposiciones relacionadas con el cambio climático dentro de las normas de sistemas de gestión ISO, lo cual requiere un liderazgo informado que comprenda profundamente la organización y su entorno, así como las expectativas de las partes interesadas. Específicamente, la norma ISO 9001 ahora exige que las organizaciones consideren cómo podría afectar el cambio climático a la calidad de sus productos o servicios y a la satisfacción de sus clientes.
Para afrontar este reto, es crucial analizar detalladamente el contexto, las necesidades de los grupos de interés y cómo estos elementos influyen en los riesgos y las oportunidades relacionados con el cambio climático, así como en otros aspectos relacionados con la sostenibilidad. El primer paso consiste en comprender los riesgos y las oportunidades asociados al clima.
En cuanto a los riesgos, los hay de dos tipos:
- Por un lado, los riesgos derivados de la transición hacia una economía baja en emisiones, tales como la aplicación legal de límites de emisiones de gases de efecto invernadero, la implementación de nuevas tecnologías que pueden alterar la competitividad o los cambios en la oferta o la demanda de recursos y productos.
- Y por otra, los riesgos que se asocian a los efectos directos del cambio climático como, por ejemplo, los apagones eléctricos y su repercusión en grandes empresas o la apertura de nuevas rutas comerciales debido al deshielo del mar de Bering.
En cuanto a las oportunidades, examinaremos cómo la mejora de la eficiencia energética y la gestión sostenible de los recursos pueden traducirse en ahorros significativos y en una reducción de las emisiones. Evaluaremos también cómo la oferta de productos y servicios de bajas emisiones puede potenciar la competitividad y satisfacer las nuevas preferencias de los consumidores, y cómo puede el cambio climático inspirar nuevas líneas de productos o servicios que refuercen a las empresas.
En resumen, el cambio climático constituye un desafío urgente y una oportunidad para las organizaciones. Gestionar eficazmente los riesgos climáticos y aprovechar las oportunidades disponibles puede fomentar la innovación, la resiliencia y la sostenibilidad, y mejorar así la posición competitiva y financiera de las empresas a largo plazo. Con liderazgo proactivo, conciencia y un compromiso firme con la sostenibilidad, podemos transformar los retos en oportunidades y avanzar hacia un futuro más sostenible para todos.